Hola a amig@s!
Después de unas semana sin tener noticias nuestras en este pequeño rincón, hoy por fin os contaremos como han sido nuestras ultimas semanas aquí. Este mes lo hemos aprovechado para conocer diferentes rincones de la gran ciudad de Casablanca y celebrar diferentes fiestas tradicionales, ya que si hay algo que no falta aquí, esas son las fiestas.
Por un lado, hace dos semanas recibimos la visita de Tania y Eva, dos antiguas voluntarias que vivieron aquí durante 10 meses con la familia Laitussi, al igual que nosotras. Su visita era muy esperada, ya que teníamos muchas ganas de conocerlas personalmente y compartir con ellas nuestras experiencias, que al fin y al cabo, ellas mejor que nadie pueden entender como estamos viviendo nosotras esta gran oportunidad que nos han dado. Desgraciadamente, su visita fue muy corta debido a los problemas que tuvieron con el transporte aéreo y llegaron más tarde de lo que esperamos. Solamente pudimos pasar con ellas medio día, pero fue suficiente para compartir con ellas nuestras experiencias aquí, sobre todo en lo que se refiere al trabajo en los diferentes colegios. Nos dieron algún que otro consejillo respecto al idioma árabe, ya que vemos que llevamos aquí casi dos meses y apenas dominamos el idioma, algo que nos ha empezado a agobiar un poquito. Además de contarles cómo iba nuestro trabajo en los diferentes colegios, pudimos compartir con ellas y la familia la hora del Te. En este ratito Tania Y Eva recordaron junto a la familia diferentes momentos vividos aquí, bailar a ritmo de música tradicional marroquí, sin olvidar las risas y los aplausos. Sin duda, su visita nos lleno de alegría y motivación para seguir trabajando y conociendo esta cultura.
Por otra parte, el día 1 de diciembre celebramos junto con todos los Países Islámicos la fiesta del Moharam, que da la bienvenida a un nuevo año, concretamente al año 1432 que aunque oficialmente no se siga este calendario, este día celebramos junto a la familia la típica comida de año nuevo.
Y de la fiesta del Moharam, hasta la fiesta de Zamzam, que hemos celebrado esta misma semana. Aunque más que celebrar podemos decir que hemos sufrido las consecuencias de esta fiesta. Porque ? Os preguntareis. Pues bien, antiguamente en Marruecos, durante la fiesta de Zamzam, la costumbre tradicional era que los hombres arrojaran a las mujeres un poco de agua como símbolo de amor y fertilidad, pero con el paso del tiempo esta tradición se ha transformado poco a poco en un “juego de niños” y no de tan niños. Por parte de la familia ya nos habían advertido que lo que antiguamente era un símbolo de amor, en la actualidad es más bien “una gran putada”. Pues bien, el jueves a eso de las 12 del mediodía, volviendo a casa después de nuestra jornada en la escuela, pudimos comprobar que las calles de nuestro querido barrio Sidi Bernussi se habían convertido en una autentica batalla campal. Grupos de niños y jóvenes se arrojaban unos a otros agua, jabón, huevos… y como nosotras pasamos tan desapercibidas por las calles de este barrio, sin quererlo ni beberlo, fuimos el blanco de muchos de esos grupos. Paseábamos “tranquilas” cuando de repente vimos que un grupo de 15 chavales venía directamente hacia nosotras con el claro objetivo de “ponernos finitas”. El caso es que acabamos empapadas de agua y con algún que otro huevo incrustado en nuestra cabeza. Pensábamos que después de este acto de “amor y fertilidad” que habían tenido con nosotras había sido suficiente. Pero que ilusas fuimos al pensar eso! Cuando de repente vimos que otro grupo de chavales nos miraba de reojo preguntándose “vamos a por ellas?” Esta vez tuvimos la magnífica idea de contar hasta tres y empezar a correr, pero nuestro “gran” estado físico solo nos permitió recorrer unos metros y enseguida fuimos atrapadas por esa panda de "cerdos"!!
Por fin llegamos a casa!! “finitas” de agua y huevo por todas partes y después de reinos de nuestro estado físico, nos pudimos dar una merecida ducha. Como veis, un día para no olvidar, pero claro está que lo mejor que pudimos hacer es tomárnoslo con humor y como un símbolo de amor…
Para terminar, recordaros que nos quedan muy poquitos días para reencontrarnos con todos vosotros y con nuestra tierra. Esta próxima semana volamos a nuestros queridos y tan añorados pueblos Roses y Eibar, asique esperemos que estéis ahí para recibirnos con las manos abiertas!
Hasta pronto amig@s!!!
domingo, 19 de diciembre de 2010
miércoles, 1 de diciembre de 2010
WAHA? WAHAMENTE!!!
Desde que aterrizamos en Marruecos, había un lugar que queríamos conocer: La aldea de Chaouen. Esta se encuentra al norte de Marruecos a unos 600 metros de altitud. Acceder a ella por medio de transporte público nos es fácil, ya que son pocos los autobuses que llegan hasta allí. Pero nosotras tuvimos la suerte de poder viajar junto a un grupo de amigos, entre ellos se encontraba Adil, un viejo amigo de la familia. La idea nos hizo tanta ilusión que enseguida comenzamos a preparar nuestras mochilas para poner rumbo a este lugar.
Ese día toco madrugar! A las 5 de la mañana sonó nuestro despertador. Rápidamente nos preparamos y hacia las 5 y media un tok-tok en la puerta nos decía que ya era la hora de partir. Ilusionadas aunque algo dormidas, las primeras horas en el coche fueron intercaladas entre siestas, canciones, aplausos… Hacia las 9 de la mañana hicimos paradita para llenar nuestras barrigas que se estaban en ayunas. Después de saborear unas deliciosas tostadas con nocilla, seguimos de camino a Chauen. Hasta que llegó la hora de comer…
Un tranquilo paisaje nos esperaba para pasar las horas del mediodía. Por fin pudimos respirar aire fresco y limpio! Mientras nosotras nos dedicamos a descansar, nuestros compañeros prepararon el que se supone que seria un delicioso Tajin, un plato típico marroquí, el cual se puede cocinar de mil maneras diferentes. El nuestro estaría compuesto por mutón (para no variar), manzana, tomate, cebolla… El problema fue que este mutón no contaba con la calidad alimenticia de Paco, nuestro Paco. Apenas tenia carne para saborear, asique nos tuvimos que alimentar a base de pan, el cual nos lo regalo una amable familia que vivía alrededor del lugar donde nos encontrábamos.
Pocos kilómetros nos separaban a Chaouen desde el lugar donde nos encontrábamos. Poquito a poco, las casas blancas y azules, rodeadas de dos grandes montañas, nos hacían saber que tras 5 horas de viaje habíamos llegado a este precioso pueblo donde pasaríamos un bonito fin de semana.
Nada más llegar, nos dirigimos al hotel. Nuestros compañeros ya habían estado antes, por lo tanto no teníamos la molestia de tener que encontrar un lugar donde pasar la noche, ya que Erik, uno de los amigos conocía muy bien el lugar. Con las mochilas a cuestas, nos fuimos adentrando en las callejuelas de esta mágica aldea, hasta llegar al hotel Armony! Y nunca mejor dicho! Las vistas desde la terraza de este lugar te hacían sentir relajado. Muy relajado..
Después de pasear por las callejuelas de este pueblo, vivimos una nueva experiencia: la de cenar a las seis de la tarde. Nuestros compañeros estaban muy hambrientos y tuvieron la magnífica idea de cenar a esta hora, algo que a nosotras se nos hizo muy extraño. El restaurante en el que cenamos era muy acogedor, sobre todo el rinconcito que nosotros escogimos. Alumbrados solamente por una vela pasamos gran parte de la tarde –noche en aquel lugar charlando, riendo, comiendo… Una bonita y agradable velada!
Pronto nos retiramos hacia el hotel, ya que el cansancio del viaje era evidente. Una vez en la terracita del hotel Armony, pudimos despedir el dia tranquilamente mirando hacia las estrellas de Chaouen…
El sábado, después de haber pasado una noche un poquito fría, pudimos pasear y pasear por las callejuelas del pueblo, aparentemente pequeño. Por sus calles blancas y azules, sus artesanos alegran las calles. Sientes la sensación de dar marcha atrás en el tiempo; sus gentes y su estilo de vida te enseñan que aun viviendo en el siglo 21, todavía se puede vivir alejado de las nuevas tecnologías, viviendo y disfrutando de la artesanía.
Ya por la tarde, decidimos visitar la mezquita del pueblo. Esta se encuentra en lo alto de una colina, lo que te facilita unas excelentes vistas sobre esta pequeña ciudad. Nuestra pena fue que la lluvia y la niebla nos impidieron ver esas magnificas panorámicas. Después de caminar montaña arriba y montaña abajo, entre algún que otro tropezón, se nos hecho rápidamente la noche encima y llego la hora de volver al pueblo.
Nuestra idea era volver al hotel, pero una persona muy especial se cruzo en nuestros caminos: Mohasin. Pintor, artista y amable conversador. Tuvimos la suerte de poder compartir sus coloridos cuadros, habiendo detrás de cada uno una pequeña visión del mundo. Con él, pudimos intercambiar experiencias, ideas, visiones… Y nos enseñó que se puede conocer culturas del mundo sin tener que viajar miles de kilómetros, ya que su interacción con los diferentes visitantes de otros países le ha permitido conocer y viajar por todo el mundo a través de estos.
El domingo, llego la hora de volver a casa, a nuestro querido Sidi Bernussi. Pero antes teníamos que hacer diferentes paradas para ir dejando a nuestros amigos. La primera fue Tanger. Desde esta, tuvimos la oportunidad de ver a tan solo catorce kilómetros, separadas únicamente por el mar, nuestras tierras. Tan cercanas y tan lejanas al mismo tiempo…
Después de almorzar el Tanger, nos dirigimos a Rabat, donde Saad se despediría de nosotros.
Tras largas horas de viaje, por fin llegamos a casita, algo agotadas pero con ganas de seguir entonando aquel… ALE ALE!!! que nos acompañó en todo el viaje.
lunes, 22 de noviembre de 2010
PACO
Esta es la historia de Paco, un mouton (una especie de cabra- oveja, ya que tiene cuerpo de oveja pero cabeza y patas de cabra) cualquiera que un día tubo la mala, o buena suerte de llegar a nuestra casa. Como muchos otros moutons, su destino, era la muerte.
Hace dos semanas, fuimos acompañar a Mohamed a escoger un buen mouton para la fiesta, en la tienda de moutons, donde hay de todos los tamaños y pesos, había uno que brillaba sobre los demás…ese era Paco. Nuestro Paco.
Las diversas maneras de transportar un mouton son varias, desde un camión lleno de moutons, camionetas con moutons, coches con el maletero con un mouton, dos personas en una moto y un mouton, a cuestas con el mouton….
Después de llegar de Marrakech, la misma noche, nos llego Paco. Lo subieron 3 plantas hacía arriba por las escaleras de la casa cogido entre 3 hombres jóvenes y fuertes. Una vez llegado a la terraza, lo ataron a la columna de la entrada, donde allí permanecería hasta su destino.
Al principio la presencia de Paco nos daba un poco de respecto, ya que sus cuernos nos apuntaban directamente; Además, al llegar a nuestra casa, para él todo era desconocido, con lo cual, estaba un poco irritado, y respondía con varios béeeeeeeeees. Al día siguiente, ya estaba más integrado en su nuevo entorno, y nosotras, también nos acostumbramos a su presencia, tanto que le ayudamos a desligarse de una patita que se le había quedado atrapada entre las cuerdas. Empezamos una gran amistad con Paco, cuando nos íbamos nos llamaba con su dulce béeeeee. Pero llego el gran día…
A las 11h de la mañana, tres fuertes hombres, entraron en la casa dispuestos a inaugurar la fiesta del mouton del 2010.
La fiesta del mouton es la fiesta más importante del año en todos los Países Islámicos. Todo el mundo compra un mouton para este día tan especial. Cuando nos referimos a todo el mundo, es todo el mundo, incluso en las barriadas más pobres compran un mouton. Por eso, hay bancos que te dan un crédito para poder acceder a la compra de éste, echo que nos impactó bastante al ver anuncios publicitarios por diferentes puntos de Marruecos. Aun así hay familias que ni siquiera con el crédito, pueden adquirir éste animal tan solicitado para estas fechas. Por eso, hay personas de un nivel adquisitivo más elevado, que dan dinero a éstas familias para facilitarles la compra. Y todo y así, hay personas, como mujeres mayores que viven solas y que no pueden económicamente permitírselo, después de la matanza, los vecinos les traen trozos de carne para que puedan disfrutar también de la fiesta. Así, que como veis, ese día, absolutamente todos, comen mouton. Todos.
Ésta fiesta, empieza por la mañana, como hemos comentado anteriormente, a las 11h de la mañana ya teníamos a 3 hombres en nuestra casa dispuestos a poner fin a la vida de Paco. El proceso de la matanza, es muy lento y muy desagradable. Para empezar a degollar el mouton, éste, tiene que estar en posición mirando a la Meca. Una vez en la posición, lo degollan, le cortan la cabeza, le hinchan el cuerpo soplando con la boca, y ya finalmente le cuelgan por las patas boca abajo y le empiezan a esquilar con un cuchillo sacándole toda la piel, y luego le sacan las tripas y trocean los diferentes trozos de carne.
Después de todo este proceso que dura unas dos horas aproximadamente, la primera parte que se come es el hígado. Lo cocinan a la plancha en la misma terraza y con la grasa hacen brochetas de mouton. Las cuales, según Laura F , están deliciosas. Todo este proceso se hace siguiendo la tradición antigua de los antepasados, con lo cual, es un poco primitiva.
Esta claro, que un mouton para toda la familia, da mucho de si, y que la carne es imposible comérsela en un solo día, con lo cual, la almacenan para los tres meses restantes del año…Así que…tenemos Paco para rato!
Después de la matanza, la fiesta del mouton sigue varios días, reuniéndose las familias y amigos más próximos, intercambiando y saboreando trozos de moutons. En nuestro caso, por la noche, fuimos a casa de Hanan que era su cumpleaños. Al llegar bebimos el té, el pastel, donde cantamos el cumpleaños feliz en marroquí ("Sana helua ya sagil" o algo parecido) y después cenamos mouton, como no, y pasamos la noche bailando a ritmo de la música árabe, donde pudimos aprender algunos pasos de la danza del vientre. A la mañana desayunamos y volvimos a comer… A que no sabéis que??
Y ya hacía a la tarde regresamos a nuestra casita, con Paco. Aunque colgado en el techo de la terraza.
Pobre, nuestro Paco!
lunes, 15 de noviembre de 2010
LOS COLORES DE MARRAKECH.
Después de cinco largas horas por las carreteras del terror, en un cochecito de juguete y metidas como en una lata de sardinas, llegamos por fin a Marrakech!
Solamente llegar, nos dirigimos hacía la gran plaza típica y única, donde pudimos contemplar el ambiente callejero característico de Marruecos al esconderse el sol, mezclado con un sinfín de melodías donde el jambei predomina por encima de todos los otros instrumentos que suenan. Poco a poco, al sumergirnos en esta gran plaza, nos hipnotizan la cantidad de espectáculos que se nos presentan, desde hombres que sacan pelotas de pin-pon una tras otra por la boca; mujeres que se abalanzan contra ti para que te hagas la henna en las manos; hombres que danzan alegremente músicas lejanas; grupitos de gente que se cierran en circulo para escuchar leyendas; camareros que te atosigan con su labia hasta conseguir llevarte a su chiringuito para cenar; personas que piden limosna; juegos adictivos, como el de las botellas, el cual consiste acertar, con una especie de caña y como anzuelo un rosco de papel, dentro del tapón de la botella; hasta encantadores de serpientes los cuales cantan y danzan al son del movimiento “zizeante” de éstas, formando así una gran expectación.
Después de contemplar el gran circo que nos rodeaba, echada ya la noche, llegó la hora de descansar. Por suerte, Jadijha tiene familiares en la propia ciudad, con lo cual, nos dirigimos hacía la casa de éstos, sin saber la gran sorpresa que nos esperaba… Tras perdernos una y otra vez por las calles de Marrakech y cometer varias infracciones al volante, algo a la vez normal en este país, la espera mereció la pena. Un especie de palacio nos dio la bienvenida y nos acogió para pasar la noche. El salón donde pudimos dormir nos transportó a las mil y una historias de oriente, donde se ambientaron protagonistas como Zarashard, Aladín, Alibabá…Por la mañana, una cálida luz nos acariciaba y nos dio los buenos días. Y un desayuno de reyes nos esperaba en la terracita de la mansión. Nos esperaba un día duro, así que cogimos fuerzas comiendo hasta reventar, crepes con chocolate, pastelitos, tostadas con un sinfín de salsas para untar…
Hacía las doce, un taxi nos dejó en la entrada de la misma plaza dónde la tarde anterior su magia nos cautivó. De día, parecía otra, ya no estaban los chiringuitos de comida, ni las diversas melodías, ni los hombres que danzaban ni…en cambio, un montón de turistas invadían el gran espacio de ésta plaza. A lo lejos, diversos objetos y miles de colores nos atraían hacía ellos. Estábamos delante de la gran medina, donde una vez dentro, nos perdimos en un enorme laberinto hecho de tiendecillas de todo tipo. Después de un largo viaje por éstas callejuelas por momentos agobiantes y por momentos joviales, salimos satisfactoriamente con nuestro bolsito y mochila de cuero, que tanto nos costó regatear. Sin darnos cuenta, ya entrada la tarde, salimos del enorme laberinto colorido, con lo cual, nos dispusimos a buscar un restaurante donde saciar nuestro apetito.
Después de almorzar, con la compañía de una bonita y agradable tarde, tuvimos la suerte de pasear por los alrededores de la mezquita Koutoubia, donde pasamos divertidos momentos, que inmortalizamos en nuestras cámaras fotografías. Más adelante, hicimos una paradita para tomar un cafecito. Lo que se suponía que iba a ser un pequeño descanso, se alargó debido a las múltiples conversaciones.
Un día más, tuvimos la suerte de poder pasar la noche de nuevo en la mansión de nuestros sueños…Al día siguiente, otro gran desayuno nos esperaba y un largo viaje de regreso también.
Una vez recogido todo, pusimos rumbo hacia Casablanca de nuevo. El viaje transcurría alegremente gracias a los colores del paisaje hasta que pasó lo inevitable; en uno de los bruscos frenazos, otro coche nos golpeó por detrás, chafando la parte trasera de nuestro viejo vehículo. En este momento fue cuando pudimos contemplar el funcionamiento de los accidentes de tráfico. Lo que diferencia esto de allí, es que aquí, no hay intermediarios, ni papeles, ni seguros … Lo que nuestro padre hizo es lo que se estila en estos casos, un “parte amistoso” el cual consiste en llegar a un acuerdo económico entre las dos partes, para así evitar la burocracia de la policía. Nuestro caso, finaliza con un amigable estrechamiento de manos, cerrando así la negociación en “nus-nus” (50 %)
Finalmente, llegamos sanas y salvas a nuestro hogar … DULCE HOGAR!!
jueves, 11 de noviembre de 2010
EN MARCHA!!!
Después de estar los tres primeros días en proceso de adaptación, ya el lunes nos dirigimos hacia los diferentes centros donde trabajaremos, para poder tener una visión global de lo que nos espera…aunque fue solo de visita y de presentación básicamente con los directores y profesoras de estas instituciones. Concretamente visitamos la asociación de mujeres con discapacidad ( que es el primer centro donde estaremos); otra asociación de niños, que es un tipo escuela integral, ya que tanto hay niños de parvulario como de primaria, además de niños con sordera, que serán con los que trabajaremos; luego una escuela donde haremos animación sociocultural; y por último el “orfanato”, aunque nosotras visitamos otro centro que también forma parte de éste, que recoge básicamente a niños/as de la calle, aunque también hay niños/as sin padres.
Una vez visitados todos los centros, ya el martes nos pusimos en marcha con el que es nuestro primer proyecto: “La asociación de mujeres con discapacidad”, que aunque se llama así, es un centro que trabaja con niños/as con diferentes patologías y deficiencias. Todo y así, las profesoras que trabajan con ellos, tienen también alguna pequeña discapacidad física.
El primer día que tuvimos contacto directo con los niños y profesoras, fue bastante duro en muchos aspectos para nosotras, además de salir con una visión bastante negativa del funcionamiento del centro.
Podríamos decir, que es un centro que recoge a niños de todas las edades, teniendo así una mezcla que no es funcional para trabajar, ya que el más pequeño tiene unos 4 años y el más grande 26. Con lo cual, se puede deducir que las necesidades de uno al otro varían mucho. A parte, cada niño tiene una patología distinta, aunque la gran mayoría tiene síndrome de down con grados de autismo, retraso mental, trastorno de conducta, etc. Eso son pequeños detalles comparado con las condiciones en que se encuentran. Puede que lo veamos muy grave, por la visión occidental de la cual partimos, pero todo y así, creemos que la situación es insostenible para cualquier persona, edad, sexo, país…
El día a día de estos niños/as comienza a las 9h de la mañana, no sin antes haberlos pasado a buscar uno a uno a sus casas con el transporte escolar, en el pequeño centro donde pasan gran parte del día. Una vez en la clase, los niños se sientan cada uno en sus respectivas sillas, y los que no han desayunado en sus casas, lo hacen allí. A partir de este momento no hay ningún tipo de rutina. Supuestamente hay un horario en la pared, pero no se sigue. El día está basado en la improvisación. Puede que haya programado hacer lengua árabe, como hacer lengua francesa, como aprender los números, letras… pero todo esto se hace conjuntamente, sin tener en cuenta los diferentes niveles, grados, edades… Con lo cual, resulta un poco inútil y desesperante enseñar así, ya que ¿Qué función tiene enseñarles el abecedario latino, si a penas saben hablar su propia lengua y menos escribirla? ¿Se puede aprender estando 25 niños/as en una misma aula con diferentes niveles y edades? Por lo tanto, una necesidad básica que carece, es el trabajo y el seguimiento individual de cada alumno. Sin rutinas, ni pautas, ni un orden, ni una higiene, ni actividades lúdicas, ni actividades motrices, ni…. ¿ Lo que se hace, sirve de algo? Estás son algunas de las dudas que se nos pasaron por la cabeza al salir de allí, después de 6 horas y a lo que nos enfrentamos durante este breve período de tiempo que estaremos aquí.
Mil propuestas de mejora se nos pasan por la cabeza. Mil. Pero debemos y tenemos que asumir, que estamos en proceso de observación y que por lo tanto, no se nos da margen de maniobra, aunque nuestros consejos e ideas son bien aceptadas.
Poco a poco, vamos conociendo más a los niños/as, con sus peculiaridades, y también a las profesoras y el trabajo que realizan, que aunque estamos en desacuerdo con muchas de las actuaciones, reconocemos el esfuerzo y la buena fe que ponen.
Así que, pasito a pasito…
miércoles, 10 de noviembre de 2010
UN DÍA EN LA CIUDAD...
E l sábado día 6, decidimos pasar el día en el centro de la ciudad de Casablanca junto a la compañía de Shaimma, la que ya se a convertido en nuestra hermana pequeña y acompañante. Hasta el día de hoy no habíamos salido del barrio, por ello la curiosidad de cómo sería la gran ciudad nos invadía.
Nuestro primer objetivo sería conseguir un colectivo, una especie de taxi, en el cual entran 6 personas además del taxista. Con lo cual aquí se ha inventado un nuevo asiento: el freno de mano. El camino con el taxi fue toda una aventura; estas a la espera de cuando alguno de los miles de coches temerarios que circulan junto al tuyo, se chocaran contra ti, pero por suerte, no lo llegas a ver… Esta temeridad forma parte del sistema de vida aquí en Marruecos, igual que cruzar las calles por en medio de la vía sin tener en cuenta que pasan los coches, ya que los pasos de cebra están de decoración. Por tanto, no hay ni orden, ni ley.
20 minutos nos separan del centro de la ciudad. Poco a poco, según van pasando los segundos, vamos observando los cambios físicos de la calles de barrio hacia la ciudad.
Una vez llegadas al centro, que corresponde a la antigua medina, pudimos dar un paseo por ella., donde pudimos observar un zoco enorme (el mercado variado de aquí)
Del zoco pasamos a las calles más céntricas de la ciudad, llegando asi a la parte mas rica de la ciudad de Casablanca; ya que esta es enorme con aproximadamente 5 millones de habitantes y 3 veces más grande en superficie que la ciudad de Barcelona.
Gracias a la agradable compañía de Shaimma, pudimos conocer los rincones de esta gran ciudad: el parque de la liga árabe, el ayuntamiento, “las torres gemelas”, varias plazas y parques, el centro cervantes y consulado español y el fabuloso parque de atracciones, donde pudimos vivir en nuestras propias carnes lo que es el miedo a las infraestructuras inseguras.
Ya por la tarde noche, después de haber visitado los diferentes rincones de esta ciudad, nos invadió el sentimiento consumista y nos dirigimos hacia las tiendas de ropa. Pero nada más entrar en una de ellas, ese sentimiento desapareció, ya que por sorpresa nuestra la ropa de las famosas cadenas internacionales, de las cuales no daremos nombres (una imagen vale más que mil palabras) es mucho más cara que en España. Echo que nos impacto, ya que viniendo de un país en vías de desarrollo nos cuesta comprenderlo.
Poco a poco, según pasaban las horas, la noche se nos fue echando encima y llego la hora de coger un colectivo y volver a casa. Por sorpresa, lo que pensábamos que sería “coser y cantar”, fue una tarea más larga, ya que una larga cola de personas nativas estaban también a la espera de un taxi. La espera duro unos 30 minutos, pero por ello no dejo de ser interesante y entretenida, dado que cada colectivo que llegaba era una historia aparte para que los viajeros se pudieran montar e irse a su destino. Como el caso de un grupo de mujeres que llevaban un horno en una caja y “si o si” insistieron en meterlo en el maletero, a pesar de los impedimentos y negaciones del taxista ya que la caja era de grandes dimensiones. Pero finalmente se salieron con la suya atando la puerta con un gancho a la parte inferior del vehículo.
Dejando atrás los rascacielos, volvimos a las pequeñas casitas de nuestro barrio…
lunes, 8 de noviembre de 2010
Empieza nuestra aventura!
El cuatro de Noviembre nos dirijimos hacia el aeropuerto de Barcelona para coger el avión que nos llevaría a nuestro nuevo destino: Casablanca. Después de pasar el mal rato de las despedidas, no nos dimos cuenta que ya estábamos solas hacíendo cola para entrar en el avión, aunque nos sentíamos acompañadas por los nuestros. Al entrar un olor fuerte, característico del país donde nos dirijíamos,de concentración humana mezclada con mucho calor, nos invadía. Tras esperar una hora sentadas dentro del avión, por fin notamos como se movía y cogía el vuelo hasta nuestro destino. Las horas dentro del avion fueron entretenidas gracias al compañero de asiento y nuestro primer amigo, el azafato (del cual hemos perdido el numero)
Ya en tierras Musulmanas una cola inmensa nos esperaba para entrar en el país. Después de un largo rato, nuestras maletas solitarias daban vueltas en la cinta. Ya puestas a esperar, decidimos hacer cola para cambiar nuestros euros a dirhams.
Ya por fin, conseguimos salir del recinto del aeropuerto, esperando que alguien nos reconociera y nos llevara a casa. Por sorpresa nuestras, nadie nos identifico y nos tuvimos que quedar unos minutos esperando. Aunque, enseguida pudimos poner cara a la que seria nuestra nueva familia: Mohamed y khajdija. Sus palabras y gestos de bienvenida fueron tan cercanos que enseguida nos sentimos como en casa.
Una vez que encontramos el coche, pusimos rumbo al que seria nuestro nuevo barrio durante 6 meses: Sidi Bernussi. Al llegar, una gran casa con la fachada llena de purpurina nos abrió sus puertas. Enseguida pudimos conocer las tres plantas que nos cedían, como nuestro espacio dentro de la casa; de la cuales, una magnifica terraza se convertiría en nuestro espacio preferido con internet y todo …
Después de estar toda la tarde dentro de nuestro pequeño harén, al atardecer pudimos conocer al encanto de nuestra nueva hermana: Shaimma!
Y así finalizó nuestro primer día de lo que va a ser esta nueva vida …
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